domingo, abril 15

Próxima estación, San Cristobal de las Casas.

Tras aproximadamente 9 horas de viaje, con un par de escala en Tuxla Gutierrez (Capital de Chiapas), llegamos a nuestro primer destino, San Cristobal de las Casas.
Nos avisaron de que sería un lugar muy turístico con una diversidad de personas que nos recordó un poco a Europa, a pesar de los puestos, mercados, y niños vendiendo desde muy corta edad. Además de ello, al encontrarnos en época festiva (semana santa), el pueblo estaba abarrotado, con un tráfico atroz tanto en las calles como en las estrechas aceras. Nuestra primera parada fue buscar alojamiento para seguir, esa misma tarde, con una visita al centro de la ciudad donde había eventos representativos de la cultura nativas con bailes y música tradicional.
El día siguiente partimos a visitar San Juan Chamula, un pequeño pueblo indígena con una calle principal llena de puestos mercantiles y una gran plaza central con la iglesia cristiana más antigua del estado que databa de 1524. En este lugar está prohibido tomar fotografías, puesto que consideran que con ellas les robas el alma, llegándonos a comentar que si nos veían con cámara fuera nos la podrían quitar. Debido a que era viernes santo, vimos un ritual típico del lugar donde sacaron en procesión a 16 imágenes a gran velocidad, haciendo un sendero alrededor del camino con agujas de pino. La vuelta al anochecer la dedicamnos a seguir visitando San Cristobal, subiendo a dos miradores con unas vistas espectaculares.


 Al amanecer del día siguiente partimos dirección Cascadas de Agua Azul, un paraíso truncado por la masividad turística que convertía aquello en una especie de piscina municipal, aunque cuanto más subía dirección al nacimiento del río, donde había lugares similares para darse un baño, más hermoso y desalojado se volvía el lugar.

Centro eco turista Madre Sal

El primer fin de semana de vacaciones viajamos hasta el norte de Chiapas, a Boca del Cielo, a un centro eco turista recomendado por una española que como nosotros, estudia en Tapachula. Fredy, el taxista que nos lleva hasta el destino final se dispone a recogernos el día siguiente en el mismo punto (aunque de forma “ilegal”).
Tras disfrutar de unas quesadillas en el pueblecillo costero de Boca del Cielo, agarramos un taxi, que nos lleva hasta un pequeño puerto escondido. De allí una lancha, cruzamos las llamadas barras, y llegamos al centro. Un recinto  bastante amplio, con casitas de madera, un bar delante del mar y kilómetros de playa virgen a lado y lado.
Disfrutamos de los baños en el agua caliente del pacífico, las grandes olas y la poca profundidad; los paseos por la playa, la sombra del bar, leer… Sin duda un fin de semana relax.
El domingo la vuelta es igual de animada: lancha, mototaxi, quesadilla y vuelta en taxi con Fredy. Como está prohibido que un taxi de Tapachula vaya a recoger a clientes fuera de la ciudad, Fredy nos pide que le ayudemos a envolver el taxi con papel de diario, para que “disimule”. Aquí tenéis el resultado!.